martes, 16 de febrero de 2016

Tercera cruzada


Esta cruzada fue un intento de los líderes europeos para reconquistar la Tierra Santa (Jerusalen) de manos del sultan musulman Saladino que habia conquisto el Reino de Jerusalen.

Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, la dinastia turca Zengid controlaba una unificada Siria y participó en un conflicto con la Fatimís, gobernantes de Egipto, que condujeron finalmente a la unificación de las fuerzas egipcias y sirias, bajo el mando de Saladino, quien los empleo para reducir los estados cristianos y de esa forma recuperar Jerusalén en 1187. 

Estimulado por el celo religioso, Enrique II de Inglaterra y Felipe II de Francia pusieron fin a su conflicto para mutuamente liderar una nueva cruzada (aunque la muerte de Enrique en 1189 puso el contingente Inglés bajo el mando del Ricardo I en su lugar). 

El anciano emperador del Sacro Imperio Romano Federico I Barbarroja respondió a la llamada a las armas, y condujo un enorme ejército a través de Anatolia, pero se ahogó antes de llegar a Tierra Santa. Muchos de sutropas en absoluto se desalentaron y volvieron a casa.



En julio de 1192, Saladino lanzó un sorpresivo ataque contra Jaffa y recuperó la ciudad, pero luego de unos dias después volvió a ser reconquistada por Ricardo I. El 5 de agosto se libró una batalla entre Ricardo y Saladino, en la que el rey inglés, a pesar de su marcada inferioridad numérica, resultó vencedor.

 El 2 de septiembre de 1192, Ricardo y Saladino finalizó un Tratado de Paz por el cual Jerusalen permanecería bajo control musulmán, pero permitiria el peregrinaje cristiano desarmado para visitar la ciudad de Jerusalen (Tierra Santa). 



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